viernes, 16 de noviembre de 2012

Holanda

En tasa trimestral, España lleva ya cuatro trimestres consecutivos de caídas en el PIB, pero en este tercer trimestre la palma del mal comportamiento económico no nos la llevamos ni nosotros ni Portugal ni ningún otro país del sur de Europa, sino, oh sorpresa, Holanda, uno de los pocos países europeos que (hasta la fecha) aún conserva la triple A de las agencias de calificación, y cuya economía se contrajo nada menos que un 1,1% con respecto al trimestre anterior. Se puede apreciar en este gráfico tan chulo que han hecho en el Guardian con los datos de Eurostat.

El hundimiento de la economía de Holanda, uno de los más fieles socios de Alemania en su cruzada pro austeridad, y habitual partidario del ala ortodoxa en las negociaciones comunitarias, ha sorprendido a propios y extraños, pues los analistas como máximo esperaban una contracción de medio punto, es decir, menos de la mitad del dato finalmente conocido.

Y es que Holanda tiene tendencia a adoptar postura de halcón, pero solo con los problemas de sus socios, sobre todo si éstos pertenecen al sur Mediterráneo; una medicina que en cambio le cuesta bastante más suministrarse a sí misma. Las cifras conocidas hoy empujan al país a su tercera recesión económica en los últimos cuatro años. Según el Banco Central del país, la economía holandesa no había experimentado una contracción semejante desde la segunda guerra mundial.

Son malas noticias para el Gobierno recién elegido del primer ministro Mark Rutte, que ya ha tenido que revisar su programa ante el descontento popular con las nuevas medidas de austeridad anunciadas. Y son malas noticias para los gobiernos de los países del norte de Europa, que, ingenuos ellos, pensaron que podían someter al sur del continente a una cura de caballo sin que sus economías se vieran afectadas. Ya vemos que no.

Porque Holanda puede servir de indicador adelantado de lo que puede terminar sucediendo dentro de poco en países como Alemania o Francia, que han conseguido por los pelos evitar la contracción en el tercer trimestre. Sin embargo, los indicadores conocidos estas semanas, correspondientes al cuarto trimestre, hasta ahora nos indican que Europa está en caída libre y que las cifras de crecimiento van a ser pésimas en los próximos meses.

Munición para el BCE, que ya se habla que podría volver a bajar los tipos en diciembre, y munición para los que piden, de una vez por todas, un cambio de política en Europa, que deje de apostar únicamente por la austeridad e introduzca, sobre todo en aquellos países con margen para hacerlo, estímulos al crecimiento.

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